En 1997 los que presumíamos de Nintendo 64 - algunos lo llamaban todavía Ultra64 - no entendíamos por qué salían tan pocos juegos para nuestra consola. Visitabas tu tienda de electrónica de confianza y veías los mismos títulos semana tras semana.
Además, recuerdo que los juegos de la propia Nintendo tenían un precio y los de otras compañías un precio bastante mayor. El juego más caro de la tienda era “Doom 64” ¡Costaba el equivalente a casi 90 dólares de la época! Intenté convencer a mi madre de comprarlo pero me vio con cara de tía Vivian y ya con eso supe que tenía que elegir otro.
Volví a casa con un juego un poco más barato, un shooter en primera persona: “Turok: Dinosaur Hunter”. Después de semanas cazando raptores en la niebla me di cuenta de que no valía los casi 70 dólares que costaba. Mi mente adolescente fue capaz de entender que caro no equivalía a bueno en lo que respecta a juegos de Nintendo 64.
Venda y Cigarrillo
Ojeando la flamante copia de Electronic Gaming Monthly que tenía en mis manos, me topé con una publicidad a doble página de Final Fantasy 7, en ella se leía: “que alguien le entregue a los que hacen juegos en cartuchos una venda y un cigarrillo”
Las campañas publicitarias de videojuegos de los años 90s eran despiadadas y esta en particular la sentí como un ataque personal, se estaban burlando de mi precioso Nintendo 64 y más grave aún, de mi errada decisión de apostar por el caballo equivocado. ¡Fue el primer indicio de que estaba en el bando incorrecto en una nueva Guerra de consolas!
La invasión de los RPG
En América, los RPGs eran considerados un género menor , un género al que jugaba ese primo tuyo que olía un poco raro y le gustaba El señor de los anillos. Eran -al menos para mi- juegos aburridos, complicados, con sistemas de combate por turnos carentes de acción y ¡encima había que leer un montón! Ese prejuicio se me quitó con el tiempo, pero lo siento, con 14 años pensaba así.
A pesar de todo eso, tengo que reconocer que un RPG ocupaba mi atención como ningún otro había logrado antes: Final Fantasy 7. Fue todo un éxito en Japón y las imágenes que llegaban a occidente con su estética dieselpunk retrofuturista y temática adulta lo hacían el juego más esperado de este lado de Zelda 64. Se venía una invasión de RPGs.
¿Lo malo? Final Fantasy 7 era exclusivo para Sony Playstation, y si fuese un juego en cartucho para Nintendo 64 costaría $1200 como me explicaba la misma publicidad hiriente. ¿Pero por qué?
Señor, ¿me da $1,200 dólares en cartuchos por favor?
Todo tiene que ver con la decisión de Nintendo de no apostar por el formato CD en el Nintendo 64 y continuar con los cartuchos. Los cartuchos tenían una capacidad de almacenamiento de unos 8MB vs los 750MB de un CD, eso hacía imposible que un juego como Final Fantasy 7 cupiese en cartucho con sus horas de música y voces sin compresión, secuencias cinemáticas y full motion video como fondo de escenarios. Y no se trataba de videos con aspecto de peli porno como “Night Trap” en SEGA CD, eran cinemas en 3D que nunca habíamos visto antes.
El nuevo RPG de Squaresoft era una completa experiencia multimedia que necesitaría de múltiples cartuchos si tuviese versión de Nintendo 64 - de ahí los $1200 -Además, el CD permitía una producción amplia, rápida y barata de juegos lo que los desarrolladores amaban. Entonces, ¿Por qué Nintendo nunca se planteó ese formato?
Una oferta que podías rechazar
Nintendo se aferraba a los cartuchos porque con ese formato tenían control absoluto sobre los desarrolladores. Esto se remonta a los días del NES donde si querías que tu juego se publicara para la consola más caliente del momento tenías que hincarte de rodillas ante el gigante japonés y aceptar sus draconianas condiciones: ellos determinaban cuántos juegos te permitían producir, te cobraban una cuota altísima por cartucho e incluso te obligaban a comprar el inventario no vendido.
Nintendo, quienes a los ojos de muchos es una empresa Family friendly, la casa del simpático Mario, realizaba prácticas bastante dictatoriales. En otro artículo escribiré sobre cómo esas medidas que rozaban el bullying tenían posiblemente una motivación más noble que hacer dinero, de cómo salvaron a la industria, y de cómo Atari intentó desafiarlas.
Pero a mediados de los 90s esa estrategia (¿mafiosa?) le explotó en la cara.
It’s my third party and I cry if I want to
Nintendo, quien estaba acostumbrada a tener a las third parties en su bolsillo, no se le ocurrió pensar que el nuevo soldado en la guerra, Sony, pudiese atraerles con su canto de sirena: el CD.
Si a Nintendo tenías que pagarle 30 dólares porque sacaran tu juego a Sony le pagabas 7. Si le pedías a Nintendo que te hiciera 30 mil copias, tu juego resultaba ser un éxito y querías encargarle otras 30 mil, tendrías que esperar más de un mes para que te enviaran más cartuchos. Sony en cambio podía ponerse a “quemar” CDs como locos y tener tu pedido listo en una semana.
En 1995 Squaresoft (antes del lanzamiento del Nintendo 64) ya sabía que su siguiente FF sería un juego repleto de cinemáticas y música de calidad de CD y cuando vieron que la consola de Nintendo tendría formato de cartuchos hicieron como ese infame programa de citas de MTV y gritaron: ¡Next! Y ahí estaba Sony esperando en la puerta del autobús.

Plug & Play?
Nintendo nunca reconoció que el cartucho les concedía control. Mucho habló Howard Lincoln, presidente de Nintendo de América sobre las razones de apostar por los cartuchos, los cuales eran plug and play sin tiempos de carga, (hay que apuntar que el usuario medio de Playstation perdía al menos dos semanas de su vida viendo una pantalla de “loading”, las cosas como son).
Lincoln también utilizó el SEGA CD o el 3DO como ejemplos de fracaso del formato CD, consolas condenadas al olvido por ser caras y con juegos mediocres de Full Motion Video. Pero el control y el cochino dinero siempre fueron el motivo real.
De la lista de los juegos más vendidos del N64 los primeros 12 son de la propia Nintendo (o de Rare) Eso dice mucho. Por un lado sus juegos eran de una calidad innegable pero por otro les salía mucho más baratos de producir. ¡Se pagaban y se daban la vuelta básicamente! Y si tienes a un Miyamoto en tu staff supongo que puedes ser un bully con los desarrolladores quienes en su mayoría salieron espantados a refugiarse en el Playstation.
No se podía saber
¿Por qué había tan pocos juegos en la tienda entonces? Porque hacer juegos para Nintendo era una decisión bastante estúpida, cara y riesgosa a menos que estuvieses muy seguro de tu producto. Muchos tomaron ese riesgo y se beneficiaron enormemente (Acclaim y sus juegos de Turok o Lucas Arts y los juegos de Star Wars).
Espero que este artículo no se sienta como un ataque a Nintendo, yo defenderé esa empresa por las décadas de entretenimiento que me ha dado hasta el último de mis días -el cual espero poder pasar jugando Goldeneye 007- y de hecho no puedo evitar sentir rabia porque esa bendita decisión de seguir usando cartuchos para mantener el control de la industria les costó el primer lugar en ella.
La industria estaba cambiando nuevamente y Sony supo aprovechar su oportunidad magistralmente con sus Final Fantasy…tactics? Y fue así como se llevó a las third parties a su casa como el flautista del cuento, una flauta que sonaba con calidad de CD.